
Dios se apareció a Abraham y le indicó los preceptos que devia seguir su linaje, el pueblo Judio.
(Génesis, XVII): "He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos, de los que saldrán reyes. Tú, de tu parte y tu descendencia, circuncidad a todo varón, circuncidad la carne de vuestro prepucio y ésa será la señal de mi pacto entre mí y vosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje"
Tal y como manda el precepto, efectivamente, Jesus fué circumcidado.